La opulencia y apariencia de licitud de Jairo González, sedujeron a "inversionistas" al negocio de las criptomonedas

La opulencia y apariencia de licitud de Jairo González, sedujeron a "inversionistas" al negocio de las criptomonedas

Abogado recomienda instrumentar caso como lavado de activos.

Santo Domingo.- La opulencia que mostraba el empresario Jairo González en sus redes sociales, su familia, su simpatía, su pasado como músico cristiano en el municipio Los Alcarrizos y la apariencia de licitud que mostraba en su empresa Harvest Trading Cap, fue lo que sedujo a inversionistas de diferentes estatus sociales.

Al menos 50 personas denunciaron a González, de 29 años, y a su socio Kelmin Santos, por estafa. Otros se querellaron formalmente y adicionan los delitos de abuso de confianza y asociación de malhechores. La Procuraduría General de la República confirmó que abrió una investigación al respecto.

A través de Harvest Trading Cap, una empresa registrada en el 2019, González captaba fondos en dólares de sus clientes en República Dominicana, supuestamente, para invertirlos en los diferentes mercados de capitales o bolsa de valores y criptomonedas a través de brokers de internet, aunque no cuenta con el permiso de la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV) de la República Dominicana.

Supuestamente exigía un mínimo de inversión de 5,000 dólares. Cristina Marizán no preguntó. “Le entregué 15,000 mil dólares porque tres de mis amigas invirtieron en su empresa y veía que les iba muy bien”. Su padre también entregó igual cantidad de dinero.

Marizán dijo que bajo presión logró que a su padre le fueran devueltos 3,400 dólares de los 15 mil que invirtió, pero ella, que entregó su capital en mayo de 2022 para recibir las ganancias y la totalidad de lo invertido en noviembre de ese mismo año, no ha obtenido nada a la fecha.

Este lunes, ultimaba detalles con la firma de abogados Asesolex SRL & Lex Union en la persona de los licenciados Miguel de León Carbonell, Wáscar Olmos y Francelly Prensa, los que representan a otras tres supuestas víctimas de estafa, contactadas por Diario Libre el viernes pasado.

“A uno le motiva invertir porque ve una empresa sólida, que no está en un patio, y tiene un buen perfil, con sucursales, una persona que va a varios medios de comunicación responsables y, en fin, uno confía…”, expresó el querellante José Aquilino Espinal Rodríguez, primo político de González, quien reveló que comenzó a invertir en Harvest Trading Cap desde septiembre del 2021 y que a la fecha, “tengo 60 mil dólares invertidos, tengo en cuentas por pagar 21 mil dólares, y solo me depositaron 5,500 dólares”.

La empresa sólida de la que se refiere Espinal Rodríguez, que ya no cree en las excusas de González, fue creada según declaraciones del propietario cuando tenía 21 años (en el 2015). Aunque el portal Open Corporates indica que la entidad fue registrada en Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (Onapi) el 30 de mayo de 2019.

González también es el titular de Harvest Trading Cap Academy (registrada en 2021), donde imparte cursos para principiantes e interesados en el mundo del trading y las inversiones en criptomonedas.

El empresario, quien, ha recorrido varios países y medios de comunicación para dar a conocer su proyecto, confesó que viene de la nada, "un joven humilde, pero con muchos sueños".

González dijo en uno de sus videos de un canal de Youtube de su empresa que estudió Administración de Empresas, pero que no llegó a graduarse por falta de recursos. No reveló en cuál universidad dominicana realizó los estudios.

Sin embargo, se define como “trader profesional, analista financiero, economista y experto en negociaciones internacionales, MINI-MBA en análisis de Bolsa de Valores, Tecnología BlockChain y criptomonedas”.

Aunque por su pasado y corta edad era cuestionable que pudiera tener la experticia que pregonaba sobre el trading, la opulencia que mostraba, su disposición a firmar “contratos” y los altos beneficios que prometía a sus inversionistas: 10 % mensual, atrajo a tantos, como a un hombre de 40 años, que pidió mantener oculta su identidad, y que con papeles en manos aguarda la esperanza de que su dinero le sea devuelto, pese a las denuncias en contra de González y su socio.

“Él tiene problema para monetizar, lo que pasa es que hay gente que no entiende el negocio, yo firmé el finiquito y voy a esperar”, dijo a Diario Libre.

Prosiguió, “firmé el contrato y no veía que me estaban estafando. Yo siento que el problema es que Harvest no le deja mover su dinero que está fuera de Estados Unidos y por las alarmas en el sistema bancario”, expresó.

Al igual que González, el inversor anónimo cree que el principal problema es la incertidumbre que solicita la devolución de dinero al mismo tiempo en un momento en que la empresa no puede mover sus fondos.

Le preocupa el futuro del empresario con las denuncias, porque considera que estando sometido a la justicia existen menos probabilidades de retorno de las inversiones.

¿Dónde está el dinero de los inversionistas?

González no ha dicho claramente por qué desde junio pasado no le paga lo pactado a sus clientes. Menciona varios factores como la Guerra de Rusia en Ucrania, el bloqueo de Estados Unidos a brókers rusos en Chipre, el bloqueo de sus cuentas bancarias en República Dominicana, pero dice que este último problema se resolvió.

En una entrevista que le concedió a Diario Libre dijo que el dinero de sus clientes está invertido en su totalidad en mercados financieros internacionales y pide un plazo de 180 días, prorrogable, para pagar.

"Estamos haciendo un proceso de tiempo, porque como tu colocas fuera y tienes una bajada tan fuerte de las cripto, todo eso afecta la economía interna, entonces traer ese dinero conlleva un proceso de monetización que lleva tiempo. Tenemos meses desarrollando una estructura y buscando otras estructuras a favor, porque es lo que necesito, sabemos que hay problemas y afecta a todo el mundo", refirió.

Marizán no cree en ninguna de sus excusas, más bien es de la teoría de que se gastó el dinero para sus opulencias: “Para mí que él ya se gastó todo el dinero en viajes privados, carros, apartamentos, en las sucursales de sus empresas y oficinas en torres de lujo”.

Contratos y cláusulas
González y su empresa Harvest Trading Cap recibían los fondos como un préstamo, y no como una inversión, para no hacer “intermediación financiera”, una actividad para la que tampoco cuenta con permiso de la Superintendencia de Bancos.

En los contratos a los que tuvo acceso Diario Libre, la empresa recibía los fondos a modo de préstamos, supuestamente, para invertirlos en diversas negociaciones de los diferentes mercados de capitales o bolsa de valores a través de bróker de internet, compra de acciones en el mercado Wall Street, Mercado de Divisas (FOREX), Commodities, ETFS, Stock índices y materias primas.

Los contratos inicialmente eran firmados para un período de tres meses, con garantía de un 10 % mensual de ganancia que eran entregados al corte o mensualmente los días 15 o 30 de cada mes, después se extendieron a seis meses y con un margen de ganancias de 8 %.

Dicho documento establecía que, “si en caso de que el bróker de internet con el que trabaje Harvest Trading Cap dejara de existir y es noticia pública y confirmada, dicho contrato quedará rescindido o finalizado en pleno derecho y se le devolverá el 100 % de su capital”.

De acuerdo al párrafo 6 de ese contrato, si el “inversionista”, o más bien depositante se negaba a firmar el contrato luego de entregar sus fondos, se le podía descontar el 10 % del dinero depositado a la empresa “por costos de tiempo y dedicación para ingresarlo a nuestra empresa”.

Pero, si llega a firmar y luego quería revocar el contrato, el documento establecía que la empresa de inversión podía aplicarle una penalidad de 30 % del capital entregado y se le efectuaría el resto en 45 días laborables.

En la actualidad, los clientes, prestamistas o acreedores de González se enfrentan a una empresa que le dice que el dinero está detenido en Europa y no puede pagarles.

González, que admitió la deuda, para salir de esta situación ha dispuesto cerrar los contratos a través de un polémico acuerdo de descargo o finiquito con su departamento legal que no garantiza una fecha para la devolución de los fondos y pretende negarle el derecho a sus clientes de acudir a sortear este problema en los tribunales.

“La segunda parte, desiste desde ahora y para siempre de todas las acciones judiciales y extrajudiciales tanto en la jurisdicción civil como penal del Distrito Nacional y de cualquier tribunal de instancia de República Dominicana, así como en cualquier instancia en las que están siendo envueltas hasta el momento”, establece el segundo párrafo del acuerdo.

"Estado de ilegalidad"
González afirma que la actividad de su empresa no es ilegal porque los activos que maneja los coloca en el extranjero, sin embargo, el economista Juan Ariel Jiménez, apuntó, que por el simple hecho de que su asentamiento en República Dominicana y su no regulación por parte de los entes supervisores se encuentra en un estado de ilegalidad.

“No es legal hacerlo, y además es altamente riesgoso. Los intermediarios de valores son entidades reguladas por la Superintendencia de Mercado de Valores, la cual se asegura de que estos intermediarios tengan las capacidades técnicas y el diseño organizacional adecuado para hacer una correcta inversión de los ahorros de las personas, cuidando no excederse en los riesgos”, expresó Jiménez.

Como la empresa de González no está regulada por la Superintendencia, esta entidad no puede aplicar las sanciones establecidas para un aparente delito de estafa. Los afectados por el incumplimiento de pago, solo pueden recurrir a la justicia.