El ajedrez geopolítico

El ajedrez geopolítico

Por Orlando Jorge Villegas

(I)
Desde hace unos años es notable el declive de Occidente en el orden geopolítico. Durante la Guerra Fría, las naciones europeas que no formaban parte de la Unión Soviética, y las americanas como Estados Unidos y Canada, se consolidaron como referente de la democracia.

Al concluir la Guerra Fría, vimos como el protagonismo de los principales acontecimientos internacionales eran, entre otros, Bill Clinton, John Mayor, el Papa Juan Pablo II, Jacques Chirac, Helmut Kohl, Felipe González…Todos estos representaban los valores occidentales.

En dicha década, Rusia intentaba reconstruirse, luego del desastre del comunismo en la Guerra Fría; China aún desplegaba su influencia política en el mundo; Oriente Medio no había acumulado los tentáculos que hoy día ostenta en gran parte de Europa y ahora en América; Brasil iniciaba una transición democrática que se consolidó con la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, el estadista más emblemático de esa nación.

Pareciera que con el pasar de las décadas del 2000 y 2010, los papeles se fueron invirtiendo. Hoy no podemos negar que la influencia de naciones como China, Rusia, Brasil, y de regiones como el Medio Oriente, han aumentado significativamente.

La decadencia de Occidente se debe, en esencia, a la pérdida de los valores que la forjaron. Los temas banales han copado el debate político en Estados Unidos, Canada y gran parte de Europa. América Latina se ha convertido, salvo honrosas excepciones,, en espacios de polarización entre populismos de izquierda y de derecha.

Ante este panorama, las fichas del ajedrez geopolítico hacen ciertos movimientos estratégicos, más inclinados hacia los países del grupo denominado BRICS, y Medio Oriente.

En el mes de marzo, Honduras formalizó sus relaciones bilaterales con China, abandonando a Taiwan. En otras palabras, otro país latino que le da la espalda a Estados Unidos, quien ha pedido que no se desvicunlen de la isla oriental.

Al finalizar la Cumbre Iberoamericana, el presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, viajó a China para mediar en la crisis entre Rusia y Ucrania, y firmar varios acuerdos. Lo mismo hizo su homólogo francés, Enmanuel Macron, cuyas declaraciones contra la hegemonia de Estados Unidos llamaron la atención, pero sobre todo, encontrar un gran silencio de sus pares europeos.

El brasileño Lula da Silva viaja esta semana a Pekin, con una agenda bilateral intensa. Y como si fuera poco, Iran y Arabia Saudita retomaron sus relaciones gracias a la intermediación de las autoridades chinas.

La pregunta que queda es: ¿cómo actuará nuestro país ante estos cambios en el orden mundial?.

ojorge@jvmediagroup.com